Expresión de rechazo utilizada para despedir a alguien con
desprecio o enojo. Por extensión rechazo de una situación o abandono
desinteresado de un propósito.
La expresión tiene relación con "la porra", nombre con
el que se designaba el bastón, rematado con un puño de plata, que portaba el
tambor mayor del Regimiento al frente del mismo. Cuando el Regimiento acampaba,
el bastón se plantaba en algún lugar y, junto a él, se cumplían los arrestos.
Así pues, en su origen, "váyase a la porra" venía a significar
"queda vd. arrestado".